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Nuestro académico, investigador y director del programa Ciudadanía Digital, Luis Enrique Santana, conversó con el diario Las Últimas Noticias sobre el comportamiento de las personas en las redes sociales en tiempos de pandemia y aconseja a quienes no son nativos digitales.
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En los grupos vecinales de WhatsApp pueden abundar los conflictos y los desencuentros, pero no así en el caso del edificio de Luis Enrique Santana, director de programa Formando Ciudadanía Digital UAI y PHd en Comunicación. Él vive en una comunidad pequeña, y ahí todos se conocen. ‘El grupo de los vecinos ha sido súper útil durante la cuarentena; colaboramos con compras de supermercados, nos prestamos herramientas y nos ayudamos con todas esas cosas de conveniencia, pero somos personas que nos reconocemos si nos vemos’. ‘Es más difícil llegar a ese nivel de cercanía con un edificio grande o con personas que nunca has visto’. Como aparece en la cuenta de ‘Estimados Vecinos’ de Instagram, las discusiones pueden pasar con frecuencia en los grupos de vecinos de Whatsapp
¿Por qué? A menudo es gente que no se conoce. Explica que en estos grupos suelen convivir diferentes tipos de personas; los que quieren socializar, son histriónicos y cuentan cosas; los que buscan interacción, con comentarios provocativos y van por alguna respuesta; los que lo usan para reflexionar en voz alta y los que van contando noticias del edificio o comunidad. Pero las discusiones no tienen que ver con eso, sino que con el hecho de que no hay códigos no verbales, que acompañan normalmente a la comunicación humana (tono de voz, gestos, expresiones de afecto) que hace cueste reconocer que se está conversando con una persona. ‘Eso hace que a las personas les cueste reconocer que están conversando con una persona y leen los mensajes sin generar empatía. Por eso, es importante no enganchar con la rabia inicial que se genera, parar y pensar que hay una persona al otro lado y no responder con más hostilidad’.
-¿Por qué no hay estudios o datos de los grupos de WhatsApp y cómo son los intercambios que se propician en su interior?
-La información dentro de los grupos de WhatsApp está encriptada, entonces nadie fuera del grupo puede verla. Entonces es muy difícil acceder a intercambios sistemáticos, para analizar. Y finalmente tenemos muchas anécdotas de las interacciones, pero no patrones generalizables.
-Muchas veces las personas mayores terminan discutiendo o convertidas en meme por lo que dicen en los grupos de WhatsApp.
-Es probable que las personas que no son nativos digitales no sean tan estratégicas en la forma que comparten contenido, entonces interactúan de cualquier manera, no hacen una diferenciación entre lo que se habla en una sobremesa y un grupo de WhatsApp. En cambio, los nativos, comparten cosas diferentes en Instagram, Facebook.
El Factor Pandemia
Mauro Basaure, filósofo, profesor de sociología de la Universidad Andrés Bello e investigador del Centro de Estudios de Conflictos y Cohesión Social (COES) explica que en la pandemia el vecino se convirtió en un inevitable. ‘Los edificios y departamentos venden un ideal de autonomía, desligado de todos, pero es como una casa grande con piezas, con circulación de ruidos, olores y eso les hace presente algo muy molesto, que es que ese ideal de autonomía no existe’. En su opinión, el WhatsApp en estos casos funciona como una denuncia de cosas que no se pueden denunciar a Carabineros ni a institución alguna (como que de un departamento emana mucho olor a ajo). ‘La esperanza es que alguien se sienta interpelado por ese mensaje y cambie este comportamiento’. Cree que además, por la pandemia, la gente es más sensible y susceptible a reclamar. ‘Eso está muy asociado con el encierro, cambio de rutina y problemas psiquiátricos que han pasado por este contexto’. Mauricio Vergara, psiquiatra, explica que el neuroticismo propio de la pandemia está haciendo que se exacerben ciertas características de la personalidad en la gente. Por eso que alguien desagradable en la vida, lo sea más en una red social. ‘La gente malintencionada e irritable, lo será siempre, pero con mayor razón cuando goza del distanciamiento que te ofrece WhatsApp. Como se dice vulgarmente yo soy una flor y si me ponen en un florero, luzco, pero si soy una flor marchita, luciré así, en el florero que me coloquen’. Vergara cree que no cualquiera puede estar en un grupo de WhatsApp vecinal. ‘Hay gente que disfruta estar siempre discutiendo problemas vecinales, y creo que ellos debieran estar ahí. Yo no estoy, porque me pongo a analizar y ver esa fauna no me es satisfactorio ni me permite estar conectado mentalmente’.
-¿Cuál sería una buena manera para que opere uno de estos grupos?
-Que exista un moderador que delimite reglas y evalúe hasta qué punto hay cosas que se deben hablar públicamente y cuáles no. Si no, toda la fauna se despliega de forma totalmente salvaje.
-¿Y la actitud correcta para estar ahí?
-Creo que es muy importante ubicarse. Coincido contigo en que en los grupos vecinales hay mucha agresividad y creo que lo correcto es denunciar dando avisos al administrador del condominio, todavía insisto en usar los canales más formales. Yo me salí del WhatsApp de los vecinos porque ahí se planteaban temas que francamente me parecían ridículos.
Fuente: Las Últimas Noticias, 18 marzo 2021.