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Con más de 300 educadores y profesionales de la educación (inspectores, psicólogos, fonoaudiólogos, entre otros), se llevó a cabo el curso “Educando en la era digital”. Este es impartido por el programa Formando Ciudadanía Digital de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez. Los cursos en ambas secciones comenzaron a fines de julio y principios de agosto respectivamente, teniendo logar el sexto y último módulo a fines de agosto y principios de septiembre en cada caso.
Las sesiones en ambos grupos contaron con una activa participación por chat y en grupos de trabajo más pequeños, donde los casi 150 participantes de cada sección compartieron ideas, reflexiones e impresiones relacionados a las temáticas de los diferentes módulos, incluso datos de libros y películas.
El curso en línea fue financiado por la embajada de Estados Unidos a través de fondos concursables, y tuvo como objetivo que los profesionales del área de la educación puedan profundizar sus conocimientos en comunicación digital. El curso está conformado por seis módulos, que tienen lugar una vez a la semana durante dos horas cada uno, donde los asistentes se informan y obtienen conocimientos que diversos instructores y académicos imparten, entre los que se encuentran académicos UAI como Carlos Franco e instructores externos como Paulina Sáez o partners del programa como Fundación Symaeduc. A lo largo de las sesiones se abordaron temáticas como el desarrollo de niñas, niños y jóvenes en el espacio digital, la desinformación y el manejo legal de situaciones de riesgo digital.
Los asistentes comentaron en las distintas sesiones que los contenidos abordados fueron de mucha utilidad tanto en su desarrollo profesional como en el área privada. “Hasta estas sesiones, tenía la noción de algunos riesgos en internet, pero no entendía cómo funcionaban o qué tan reales eran”, comentó Samanta en su grupo.
Durante los módulos, el chat también sirvió como un espacio de intercambio y comunicación muy fructífero, donde los asistentes compartieron entre ellos materiales, técnicas y contenidos que utilizan en sus clases para que sus colegas puedan aplicarlos en sus propios cursos. Al final de cada módulo los expositores recibieron retroalimentación espontánea y positiva por parte de los participantes.
El grupo de profesionales que se conectaron semana a semana fue diverso y amplio. Si bien el formato original contemplaba realizar el curso en Santiago y Viña del Mar, el realizarlo de forma digital abrió posibilidades de participación a educadores de diferentes lugares del país como Arica, Valdivia, Balmaceda, y hasta del extranjero: España, Ecuador, Honduras y Venezuela. Asimismo, los distintos tipos de establecimientos educacionales fueron parte de la actividad con más de un 50% de asistentes que trabajan en colegios públicos. La variedad del grupo en estos ámbitos permitió un diálogo enriquecido de experiencias y representación.