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Con un dispositivo de alta tecnología, un pequeño chip implantado en la cabeza de su hija, una madre soltera puede monitorear permanentemente dónde está su hija, además puede ver lo que ella ve e incluso puede predeterminar que su hija no pueda percibir algunos estímulos visuales o auditivos estresantes. Dígase, un control parental de violencia y pornografía, como el que instalamos en nuestros dispositivos de TV o de acceso a internet, pero para el mundo físico y el digital a la vez, dentro de la cabeza de los niños y niñas. Tanta maravilla sin embargo no es gratis. Como se ve en el capítulo, esta supervisión y control es a costa de las habilidades sociales, la autonomía y manejo adecuado de emociones de la niña a medida que crece.
Columna de opinión de Luis Enrique Santana en Culto de La Tercera:
https://www.latercera.com/culto/2018/03/26/donde-mis-ojos-te-vean-crianza-en-la-era-digital/